Otro 24 se acerca. Un 24 que nos acerca cada vez más a los cuatro años unidos por inquebrantables lazos...
Este mes ha sido... extraño. Por una parte, muy feliz, porque he podido verte, aunque fuera por escasos días. He podido ir contigo a la universidad, acompañándote todas las mañanas en el coche, enchufando mi MP4 a la radio y acordándonos de la familia de todos los cafres al volante que se nos cruzaban. Te he esperado, todas las mañanas, en la biblioteca, mientras te echaba más de menos que nunca y me preguntaba qué estarías haciendo en tu clase de lo que fuera. Pude tumbarme contigo, dormir durante unos preciosos minutos a tu lado... Y no sabes lo que extraño esos momentos.
Por otro lado, ha sido muy triste, por el tema de Cuki, mi precioso periquito... Pero has estado ahí, acompañándome en esos momentos en los que creía romperme de dolor. No sabes lo que te agradezco que me llamaras aquella mañana, que me consolaras aunque tuvieras que volver a clase, que me entendieras y no dejaras que me sintiera sola un sólo instante... Te aseguro que, aunque no estuviese físicamente presente conmigo, podía sentir tus abrazos desde el otro lado del teléfono.
Muchas gracias por todo, de verdad...
Y dentro de nada volveremos a estar juntos, volveremos a caminar por las calles adornadas de Navidad de Madrid. Volveremos a la Gran Vía, comeremos por primera vez las uvas juntos en Nochevieja, me acompañarás por Reyes y volverás a comer roscón conmigo...
Serán las navidades perfectas...
Porque tú estarás aquí.
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