miércoles, 24 de junio de 2015

Siete años, seis meses


Te lo he repetido muchas veces, y nunca me cansaré de hacerlo, pero eres mi ángel. ¿Y por qué eres un ángel para mí? Porque me salvaste de la oscuridad de la tristeza en la que estaba sumida cuando creía que nadie podría jamás fijarse en alguien como yo. Me tendiste la mano y me estrechaste entre tus brazos. Tus alas me envolvieron y tu primer beso me devolvió la luz que creía haber perdido. Tú eres el causante de mi felicidad ahora, y por eso tú eres mi ángel de la guarda. Mi ángel de luz.

No me arrepiento de ningún momento que hemos pasado juntos. Desde aquella primera cita en Cullera hasta el día de hoy, no cambiaría absolutamente nada. Bueno, en realidad sí cambiaría algo: y ese algo es la distancia que nos separa. 

Quiero romper esa barrera invisible de una vez por todas, quiero que estemos juntos sin temer una despedida, quiero vivir mi vida contigo, y estoy decidida a darte todos y cada uno de los días de mi vida. Porque tú eres mi vida, y sin ti no puedo vivir. Te necesito más que el aire que respiro, eres todo lo que soy. Por eso sería incapaz de dejarte o de abandonarte. Porque hacer eso significaría abandonar mi propia vida.

Te amo, Fran. Y siempre lo haré. Siempre estaré contigo, mi ángel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario