Sabía que estaba rodeada, pero aún así no sintió ningún tipo de nerviosismo o temor. Tan sólo se limitó a pensar en la manera de ahorrar tiempo a la hora de buscarlos.
-Justo como habíamos oído -murmuró Lightning, preparando su espada. Había varios Colmillos Sangrientos, monstruos con forma de pez con brazos y piernas anfíbeas que vivían en las orillas de las aguas. A las afueras de la ciudad costera de Bodhum, este tipo de monstruos acuáticos eran muy comunes. No sólo los humanos querían vivir aquí: con sus cálidas temperaturas, el agua, y su atmósfera turística, parecía que incluso los monstruos se encontraban cómodos.
Pudo detectar cuatro de los bultos rojos grisáceos en el area. Sintió dos detrás de ella. Uno comenzó a arrastrarse. Se estaba preparando para atacar. Lanzó un mandoble con su espada hacia el lado derecho de su visión. Resistencia. Ahora hacia el izquierdo. Su espada destelleó, apelando a su nombre, a través de los órganos vitales de los Colmillos Sangrientos. Dos habían caído. Entonces sintió que algo saltaba hacia su espalda; aunque, a esa velocidad, no le tomaría ninguna molestia. Soltando un breve suspiro, se giró y lo cortó transversalmente. Ahora sólo quedaba uno a sus espaldas.
Entonces pasó. Saltó hacia atrás y escuchó el disparo de una pistola, cuya bala inpactaría contra el Colmillo Sangriento. Sin embargo, este ataque no fue lo suficiente como para matarlo, y ahora se encontraba cubierto por sus propios fluidos corporales verdosos.
-¡Venimos a ayudar! -Oyó la voz de una mujer, acompañada por el sonido de una motocicleta aérea.
"No me estáis ayudando, tan sólo me estáis estorbando" - Pensó Lightning, irritada, bajando su arma.
El Colmillo Sangriento ya no le prestaba atención a Lightning, quien no necesitó mirar para saber que aquella voz pertenecía a una mujer de rango inferior. Y, por el sonido de la moto aérea, se podría decir que había sido remodelada recientemente. No era una diseñada pensada para la seguridad, de las que se vendían normalmente en el mercado convencional. Tampoco era un modelo militar, hecha para el silencio. Su sonido era diferente. Y la mujer que la conducía no debía ser ni una ciudadana ni un soldado.
De hecho, no era la mujer la que sostenía la pistola mientras conducía. Era un chico de cabellos azules. Era muy joven, e iba repleto de plumas y joyas. Incluso desde la distancia que los separaba, destacaba su apariencia llamativa. Detrás de este iba una mujer de cabellos negros que sostenía una gran pistola. El vehículo descendió rápidamente, y la mujer se puso de pie y comenzó a disparar pero los dos Colmillos Sangrientos restantes se echaron hacia atrás. La puntería de la chica no estaba mal; pero, por supuesto, debía haber gastado la mitad de su munición.
La moto aterrizó lentamente ante Lightning y puso los frenos. Estaba siendo conducida por alguien que sabía lo que hacía.
-Hey, soldado, estabas en un aprieto, ¿eh? -la mujer de cabellos negros levantó su arma y sonrió. El escote de su camiseta era muy pronunciado y Lightning pudo ver el tatuaje de una mariposa en la parte superior de su omóplato. Si el chico de pelo azul iba cargado de adornos, se podría decir que esta mujer iba enseñando demasiada piel. Ninguno de los dos vestía ropas que alguien que usara un arma de fuego soliera llevar. Todos aquellos complementos y adornos colgando sólo molestarían en un combate de disparos. Y un enorme revólver como el suyo parecía calentarse fácilmente. Con toda esa piel al aire, no parecía estar muy protegida frente a las quemaduras.
"Aficionados" ,determinó, y entonces preguntó:
-¿Quiénes sois?
-Somos NORA.
Incluso aunque Lightning trataba de sonar dura y fría, la otra mujer no parecía darse cuenta de aquel detalle. Sus ojos ámbares se deslizaron hacia un lado, como si se estuviera divirtiendo con la situación.
-Si eres un soldado de Bodhum al menos debes haber oído un poquito acerca de nosotros, ¿no?
Qué confiada. A Lightning le intrigaba cómo podía estar aquella mujer tan segura de sí misma, pero no tenía tiempo para preguntar.
-Lo siento. No sé nada -dijo, cortante, antes de girarse sobre sus talones. Aún así pudo oir sus voces a sus espaldas.
-Pero...
-Qué raro, podría jurar que éramos más famosos.
Apresuró sus pasos, en pos de no tener que oir sus voces por más tiempo. Qué molestos. Habían interferido en su misión, y de hecho pensaban que estaban ayudándola. No podía soportar lo orgullosos que parecían estar de sí mismos, así que los mintió, y ahora se odiaba a sí misma por haberlo hecho. Sí, los había mentido. Había mentido sobre que nunca había oído hablar de NORA. Los conocía, había oído hablar de un grupo que usaba una pequeña tienda de la playa como cuartel. Dicha tienda era en realidad un bar, pensado para turistas aunque era mayormente utilizado por clientes habituales. Aún así, no era el tipo de sitio que sería popular entre las chicas de instituto.
"Somos como gatos-nora, un gato callejero, de ahí salió nuestro nombre" , Recordar aquello era incluso más molesto aún, por lo que Lightning desterró aquellos pensamientos de su mente. "No pienses sobre cosas innecesarias" , se dijo a sí misma. "Llama al sargento e infórmale de que el trabajo está terminado. Eso es lo más importante que tienes que hacer ahora mismo."
Ya había muchos soldados en el punto de encuentro. Los Colmillos Sangrientos no estaban lejos del lugar donde habían sido reportados. Cuando la misión es contra monstruos rápidos no es tan fácil como lo fue entonces. Los monstruos odian a los humanos, por lo que no los verás en distritos residenciales o de negocios, pero las afueras eran otra historia. Para las personas que viven en los tranquilos pueblos construidos a las afueras de la ciudad, los monstruos son un gran problema. Aunque incluso un aficionado puede encargarse de uno de pequeño tamaño, estos suelen moverse en grandes grupos. Los únicos que viven solos son los más grandes y fuertes. En otras palabras, lo mejor que puedes llegar a hacer si llegas a verlos es llamar al ejército. Ese es el trabajo que emprende normalmente la unidad de Lightning.
Otros soldados acudieron a ella para felicitarla por el trabajo hecho, pero Lightning estaba más ocupada buscando a su superior. No, realmente no necesitó buscarlo. El sargento Amoda podía ser oído desde cualquier lugar, así que fue en la dirección que se oía su campechana risa.
Lightning frunció el ceño. Amoda estaba hablando con un grupo que ella no había visto nunca. Y junto a ellos había una motocicleta aérea remodelada que se parecía demasiado a la que pilotaba el chico de cabellos azules. ¿Quién era aquel hombre que hablaba con el sargento de forma tan amistosa? Este permanecía seguro de sí mismo, aunque parecía estar sofocado. Lightning no podría decir si era por sus ropas o por la forma que se movía, pero con sólo mirarle se podría averiguar que era el líder.
Sus ojos se encontraron, y Lightning le miró fijamente. Esta podía admitir que aquello era un poco rudo por su parte, pero aquel hombre tenía un ligero brillo de suspicacia en su rostro. Al darse cuenta de que algo sucedía, el sargento Amoda miró hacia atrás.
-Hey, capitana, bienvenida.
"Ya está otra vez." , pensó Lightning, encogiéndose de hombros. A él le gustaban aquel tipo de bromas.
-¿Capitana? ¿Qué tipo de broma es esta, sargento? -puso énfasis en "sargento". Al contrario que la primera vez que le conoció, se había acostumbrado a ignorar sus bromas. Por supuesto, algunas veces es necesario contraatacar.
-Bueno, tú eres nuestra líder de asalto, ¿no? -si iba a ir con esas intenciones, no había nada que ella pudiera decir, por lo que suspiró y decidió ignorarle.
-¿Quién es él? -preguntó, mirando al hombre que había a su lado. No importaba si le mirabas de lejos o de cerca, no parecía diferente. Parecía malas noticias.
-Son NORA, sargento -un soldado joven interrumpió la conversación-. ¿No has oído hablar de ellos?
"Nora otra vez, no..." ,pensó Lightning para sí misma, mostrando a duras penas su irritación. "Me los había quitado ya de la cabeza y aquí están de nuevo."
-Son una patrulla ciudadana conformada por personas jóvenes de la ciudad -obviamente, había tomado el silencio de Lightning como una falta de conocimiento por su parte sobre el grupo.
Amoda añadió entonces:
-Su líder es este chico de aquí, Snow -Lightning no pudo evitar una mezcla de euforia y decepción cuando supo que había estado en lo cierto es sus suposiciones.
-Hey -su descortés saludo provocó que se irritara aún más. "¿No puede ser más educado?" pensó.
-Ella es nuestra comandante de asalto. Puede que sea joven, pero es muy buena -como prueba, Amoda acarició el pomo de la espada de Lightning con la yema de sus dedos-. Es una espada que adquirió recientemente. Una Hoja Candente... aunque vosotros, chicos, no lo entenderíais realmente, si cualquier soldado la viera sabría al instante lo que significa.
-Sargento Mayor, mejor no hablemos sobre... -Lightning sabía qué era lo que iba a decir a continuación y prefería detenerle, pero Amoda la ignoró y prosiguió.
-Esta es una espada dada sólo a los mejores soldados. Lo que estoy diciendo es que, aquellos que poseen esta espada, también poseen sorprendentes habilidades. ¿No es eso algo?
"Ahora se está pasando con los elogios..." Pensó Lightning. Quería pararle antes de que comenzara a hacer lo que ya estaba haciendo, pero nunca le dejaba pronunciar una sola palabra.
-Y su Hoja Candente es especial. Lleva una inscripción que dice... ¿cómo era? "Destello Blanco... toma mi nombre, ¿no?
"Apela a mi nombre", le corrigió ella interiormente, pero no podía decirlo en voz alta. Era demasiado vergonzoso.
-Por favor, dejémoslo ya, ¿vale? -Incluso aunque estuviera medio bromeando, ella estaba feliz al escuchar tales palabras proveniendo de su oficial superior. Pero había un límite que dictaba hasta dónde podía ir. Especialmente si aquel tío, Snow, estaba delante de ella diciendo "¿Es eso verdad?" y "Wow, eso es alucinante" mientras la miraba directamente. Era simplemente insufrible.
-Vale, vale -Amoda pareció decepcionado durante un momento, pero entonces rió a carcajadas-. Ah, ya. Así que es por eso por lo que nuestra sargento, aquí presente, fue capaz de terminar tan rápido. Vosotros, chicos, estabais decepcionados de que no había mucho que capturar esta vez, ¿verdad?
-Nah, los monstruos que estaban allí no eran sólo los que fueron reportados, ya sabes.
-¿De verdad?
-Seh, si los hacemos salir, vienen uno detrás de otro.
-Espera, estoy de acuerdo con eso de ahuyentarlos, pero no montéis demasiado jaleo -y entonces respondió con un "claro, claro" y aceptó de forma incondicional.
"¿Fuerzas de Vigilancia?" Pensó Lightning. "No me hagas reír. Son sólo un grupo de aficionados que se les han dado pistolas y actúan en plan liga de justicia..." Quería decirles lo que pensaba de ellos, pero eso no cambiaría nada. Sólo puedes criticar cuando esperas alguna mejoría. Si no, es tan sólo una pérdida de tiempo.
-Chicos, tenéis un montón de energía, ¿no? ¿Por qué no os unís a la Caballería?
-Las reglas y los uniformes no van con nuestra personalidad, ¿sabes?
"¿Por qué aquel tío no dejaba de decir cosas que sacaran de quicio a los demás?" Pensó ella. "Me pone más que furiosa"
Pero el Sargento Mayor Amoda simplemente rió y dijo:
-Cuida tus palabras -mientras le daba palmadas en la espalda, como si de un amigo se tratara.
-Bueno, ahora que los monstruos han sido exterminados, nos vamos -ante las palabras de Snow, todos montaron en sus motocicletas aéreas.
-Chicos, será mejor que no vayáis por vuestra cuentao acabaréis capturados -les gritó el soldado joven de antes. Era cercano en edad a ellos y parecía estar amistado con ellos-. PSICOM no es para nada como nosotros, y no os pasarán nada por alto.
PSICOM. Información y Seguridad Pública. El servicio secreto dentro de la armada que sólo coge a soldados de élite. Las fuerzas de seguridad trabajan de forma cercana con la población, así que se podía decir que eran "cordiales". Pero PSICOM no tenía de eso. No, PSICOM no permitiría que NORA existiese. Pero un grupo formado por nada más que ciudadanos normales no podía comprender eso. Y todos los miembros de NORA se burlaron de las amables palabras del joven soldado.
-Estaremos bien. Somos más fuertes que ningún ejército -el líder sería el líder, y los miembros del grupo, los miembros. Pero al joven soldado no parecía importarle, y simplemente dijo:
-¿No estáis demasiado seguros de vosotros mismos? -mientras reía.
Lightning pensó que, no sólo carecían de buen juicio, sino que además no se daban cuenta de cosas que la mayoría de las personas normales haría. Así que pensó que ignorarlos y olvidarlos sería lo mejor. Pero...
-Espera -cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya había comenzado a seguirles y le paró. Tenía que decir una cosa, sólo una cosa.
-Tu nombre es Snow, ¿verdad?
-Seh -Snow, que se había estado preparando para despegar, se giró.
-Tú eres el que ha estado yendo detrás de mi hermana pequeña.
-¿Tu hermana pequeña?
-Serah Farron -ni siquiera había terminado de decir el nombre de Serah, cuando Snow respondió con un "¡Ah!" y saltó de la motocicleta, para correr hacia ella.
-Así que tú eres la hermana de Serah, ¿eh? Tu cara es parecida, pero ambas parecéis muy diferentes -parecía tan feliz que Lightning se quedó perpleja. Parecía un niño que había encontrado una bolsa de caramelos-. Serah dijo que su hermana era una soldado. Cuando nos conocimos, pensé que quizás podías ser tú, y realmente eres su hermana -dijo su nombre de forma tan común, que la irritación que había sentido momentos antes regresó a ella. Se estaba preparando para gritarle, cuando este le extendió su mano derecha-. ¡Encantado de conocerte! Soy Snow Villiers -su mano era enorme. Ella pensó que quizás fuera porque llevaba unos guantes de cuero que hacían parecer sus manos aún más grandes. No pedir un apretón de manos mientras llevas guantes puestos. Realmente este hombre no sabía nada de modales.
-No te involucres con mi hermana -ignoró su mano extendida. No tenía ganas de ser amable con él.
-¿Por qué? -los ojos de Snow viajaron desde sus dedos extendidos hasta el rostro de Lightning, y volvieron a sus dedos. Debía no haber entendido lo que le había dicho.
-He dicho que no te involucres con mi hermana -Snow retiró su mano. Al fin había entendido que estaba siendo rechazado. Incluso con eso no se rindió, y dijo vacilante:
-¿Y si lo hiciera?
"No necesito responderle, he dicho lo que planeaba decirle" Pensó ella. Trató de darse la vuelta, pero algo dio con los dedos de su pie.
Un coco. Una clase de coco proveniente de las palmeras de Bodhum, y si decías "palmera" la gente automáticamente pensaba en aquel tipo de árbol. Crece rápidamente y las hojas son grandes y anchas y son disfrutadas por las personas que pasean por la playa. Pero son diferentes de las palmeras normales, ya que los cocos no se pueden comer. Son muy grandes, y no importa si los cueces o los cocinas, no pueden comerse.
"Igual que este hombre" Pensó Lightning.
-Entonces, ¿si lo hiciera? ¿Entonces qué? -ella colocó su pie sobre el coco.
-No lo hagas -lentamente juntó sus dedos e hizo crujir las articulaciones. No era así como había planeado deshacerse del hombre que perseguía a su hermana, pero no había otra elección. Pero entonces, el pie que sostenía el coco se escurrió. Snow golpeó el coco en el aire, este trazó un arco, y aterrizó en su mano. Era como un crío al que se le daba bien golpear a las pelotas.
-Lo siento, pero aunque incluso me golpearas, no daría resultado -¿Estaba diciendo que el puñetazo de una mujer no era lo suficientemente fuerte o que simplemente no escucharía sus palabras? Probablemente las dos cosas-. Porque soy un cabezota -sonrió mientras decía aquello, enfadándola aún más. Ella se dio la vuelta y se alejó.
"No me gusta." Pensó "Cogiendo a críos y actuando como su general, animando a los débiles... Qué hombre más horrible. ¿Por qué Serah le encuentra interesante? Por supuesto, simplemente le ve interesante. En realidad no le gusta. Pues claro."
-Sargento Farron, ¿le conoce?
Ellos no podían haber escuchado de lo que estaban hablando, pero probablemente habían sido capaces de verlos discutir. El joven soldado parecía inquieto cuando hizo la pregunta.
-No, no realmente -ella no le conocía. Y no planeaba tener nada que ver con él nunca de nuevo. No sólo ella, su Serah tampoco-. Volveré -Lightning se echó el cabello hacia atrás y se alejó.
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